| Artículo principal | Argumento | Reparto y equipo |
Una mujer conduce un coche por un aparcamiento y embiste contra un hombre. Alguien realiza una llamada diciendo que hay un problema.
Reese se sienta junto a Finch en un restaurante y le pregunta qué está bueno en el menú. Finch se niega a darle una respuesta ya que sabe que tan solo es un intento de saber si acude con frecuencia para averiguar si vive cerca de allí. Finch le pasa un menú y se va mientras Reese lo abre y encuentra una fotografía de su nueva persona de interés. Se trata del juez Samuel Gates, que vive con su hijo Sam Jr. La madre del chico, Elizabeth, murió de cáncer un año atrás y Gates contrató a una niñera, Christina Rojas.
Reese empieza a vigilar a Gates en el juzgado, colocando en la pared una falsa señal de alarma que contiene una cámara oculta. Luego, accede al despacho de Gates y ve que tiene una gran cantidad de enemigos por su dura actitud contra el crimen, lo cual le ha hecho recibir docenas de amenazas de muerte. Reese identifica a seis posibles sospechosos para que Finch empiece a investigarles.
Mientras, Reese continúa siguiendo a Gates y ve a dos hombres acercarse a él. Se prepara para actuar, pero uno de los hombres recibe una llamada en un teléfono desechable, lo tira a la basura y se marcha de allí con su compañero. Reese comprueba el teléfono y encuentra un mensaje diciendo que Sam Jr. ha salido de la escuela. Reese se dirige rápidamente hacia la casa de Gates, de donde salen tres hombres. Reese logra noquear a dos de ellos, pero el tercero le dispara en el hombro y escapa con el niño.
Cuando Reese regresa a la biblioteca para tratar su herida, Finch le informa de que la máquina nunca se equivoca y la trama del secuestro de alguna forma concluirá con la muerte de Gates. Se pregunta qué deben hacer a continuación y Reese comenta que deben encontrar a Sam y llevarle a casa.
El jefe de los secuestradores llama a Gates y le amenaza para que no involucre a las autoridades, colgando poco después. Gates llama a Christina y a la escuela para cerciorarse de lo que ha ocurrido y Reese se acerca para ofrecer su ayuda. Al principio, el juez sospecha de que Reese esté con los secuestradores, pero Reese insiste en que estuvo en la casa e intentó detenerles. Deduce que los secuestradores están manteniendo a Sam vivo para poder negociar con Gates para que haga algo. Gates se pregunta quién es Reese, pero él tan solo le pide que se concentre en recuperar a su hijo.
Reese acompaña a Gates de vuelta a su casa y comprueba que Christina no está. Gates no cree que esté involucrada en la trama y afirma no haberse encargado de ningún caso relacionado con secuestradores.
Reese sale de allí para ir al apartamento de Christina, donde descubre que le han asesinado, aparentemente después de torturarla para obtener los códigos de alarma de la casa. Reese retira una bala de la pared antes de llamar a la policía. Mientras tanto, Finch trata de rastrear la llamada que hicieron los secuestradores a Gates pero cree que tardará algo de tiempo para hackear el cortafuegos de la empresa telefónica.
En la comisaría, Fusco comprueba el escritorio de Carter para ver sus documentos relacionados con Reese. Los vuelve a poner en su sitio justo en el momento en el que ella aparece, sin entender qué hace allí. Carter menciona haber hecho comprobaciones, descubriendo que hay varios policías corruptos en el anterior precinto en el que estaba Fusco. Él se ausenta en cuanto recibe una llamada de Reese.
Fusco sale a comprar café en un quiosco cercano para que Reese se reúna con él en la cola. Reese le entrega la bala que ha extraído de la pared, le pide que solicite un informe de balística y además pregunta por la investigación de Carter. Fusco comenta que ella no tiene nada sólido pero no se detendrá hasta que lo consiga. Cuando Reese menciona el caso del chico secuestrado, Fusco se interesa por ayudar, pero descubre que Reese ya ha desaparecido.
Finch hackea el cortafuegos de la empresa telefónica y rastrea la llamada a un tal Leon Turski. Reese se dirige al apartamento de Turski, le derriba por las escaleras tras un breve enfrentamiento y descubre que pertenece a SP-9, una banda callejera de Europa del Este que lleva a cabo secuestros.
El detective Olson llama a Carter para que acuda al apartamento de Christina, donde le dice que según varios testigos, el "hombre trajeado" estuvo allí. Carter no cree que haya matado a Christina, pero tampoco sabe por qué ha estado allí. Un policía se dirige a la casa de Gates para hablar con él, pero Gates dice que su hijo está bien y no tiene ni idea de lo que le ha pasado a Christina. Reese permanece escondido para escuchar la conversación.
Cuando Gates empieza a preguntarse si es capaz de salvar a su hijo o no, Reese le dice que por el momento debe mantenerse invisible. El secuestrador del SP-9 hace una nueva llamada y pone a Sam al teléfono para demostrar que sigue vivo. Luego, pide a Gates que desestime uno de los casos de los que se está ocupando actualmente, el atropello y fuga de Angela Markham. Es una ejecutiva que bebió en exceso y acabó atropellando a alguien.
Reese pide a Gates que avance lo más lentamente posible con el caso en el juzgado para darle tiempo de buscar a SP-9. Mientras Finch busca información sobre Angela Markham, Reese se dirige a ver a Turski, que lleva algún tiempo metido en el maletero de su coche. Turski se niega a revelar información sobre su jefe, de modo que Reese vuelve a cerrar el maletero.
En comisaría, Fusco charla con Carter mientras ella comprueba fotografías de los agujeros de bala en la pared del apartamento de Christina. Reese llama a Fusco, que le dice que no hay nada útil en el informe de balística e insiste en que puede ayudarle a encontrar al asesino y a SP-9. Carter cree que Christina fue disparada por un amante celoso, pero Fusco comenta que las pruebas indican un asesinato profesional. Impresionada, Carter le invita a ayudar.
Finch entra en la sesión del juzgado de Gates para clonar el teléfono de Angela mientras Gates trata de mantener detenido el caso. Reese conduce con el coche de forma imprudente por el aparcamiento para luego detenerse y volver a hacerle preguntas a Turski, quien afirma que SP-9 opera según diferentes células y él tan solo sabe los nombres de los hombres de su grupo. Le pasa a Reese la dirección del piso en el que reciben los pagos, aunque Reese le vuelve a dejar encerrado en el maletero.
Gates empieza a desestimar el caso de la fiscal Monica Ramirez, avisándole para que finalice su caso pronto. Durante un descanso, Gates se dirige a su despacho y vuelve a recibir una llamada del secuestrador, pidiéndole que deje de detener el caso, aunque Gates insiste en que tiene que hacer que todo parezca legítimo.
El secuestrador envía una foto de Sam amenazado por un arma y cuelga. Poco después, Finch intercepta una llamada del secuestrador a Angela para avisarle de que la operación está en peligro por que ella estaba borracha. Angela le recuerda que finalizarán su trato en cuanto esté liberada de los cargos.
Reese va hacia la dirección indicada por Turski y encuentra a Drost, el hombre que le disparó previamente. Reese acaba dejándole inconsciente y comprueba el apartamento, descubriendo que se trata de una parte fundamental en el lavado del dinero de SP-9. Reese llama a Finch para decirle que ya sabe como pueden hacer daño a los secuestradores.
El jefe de los secuestradores no tarda en descubrir que han desaparecido dos de sus hombres y 500.000$ de dinero blanqueado.
Reese lleva el dinero a la biblioteca y Finch le pone al corriente de la situación: Angela trabaja en una empresa tecnológica que ha diseñado un software capaz de detectar transacciones de blanqueo de dinero.
Ha supervisado la instalación del software en el banco OneState y Finch supone que ella desactiva el software para permitir a SP-9 blanquear millones de dólares por el banco. Los archivos de SP-9 incluyen todas las zonas inmobiliarias que han comprado, así que Finch planea ir allí y acceder a la base de datos para descubrir donde tienen a Sam.
Reese busca a Gates para darle la noticia, pero el juez no es capaz de poner a su hijo en peligro. En el juzgado, decide no admitir la fuente primaria de pruebas — la grabación de vigilancia del aparcamiento — y se niega a dar un juicio nulo a Ramirez.
Finch se hace pasar por técnico y va al banco OneState para acceder a los archivos de SP-9. Cuando otro técnico se queja, Finch logra engañarle diciendo que está allí para reemplazarle ya que han accedido al cortafuegos.
Reese lleva a Drost al maletero del coche junto con Turski y le pregunta por la ubicación de Sam. Como Drost se niega a responderle, Reese desata a Turski y le pide que consiga la información que tiene Drost, volviendo a cerrar el maletero.
En la comisaría, Fusco y Carter tratan de descubrir quien es el asesino de la niñera. Fusco encuentra una grabación de seguridad en la que puede verse a Drost y también descubre que utilizaba un vehículo perteneciente a la compañía Coldfield Holdings, de Brooklyn. Mientras Carter se prepara para ir a comprobarla, Fusco envía a Reese el nombre de la empresa.
Turski hace que Drost revele el nombre de su jefe, Jarek Koska, y Reese le pasa una hamburguesa. Mientras, Finch confirma que Angela ha apagado el software anti-blanqueo durante tres minutos cada día, permitiendo a SP-9 hacer su lavado de dinero. Le dice a Reese que SP-9 tiene docenas de empresas fantasma y Reese le sugiere que busque el nombre enviado por Fusco. Al hacerlo, Finch encuentra la dirección de una iglesia abandonada.
Reese va hacia allí, pero no hay nadie. En el juzgado, Finch ve como Angela es declarada inocente. En cuanto se concluye el caso, Koska llama a Gates para decirle que se reúna con ellos a solas. Oyéndolo todo, Finch avisa a Reese, sabiendo que se trata de una trampa, aunque Gates se dirige a la reunión.
Reese captura a Angela Markham en cuanto sale del juzgado y la lleva hacia el parque en el que Koska y sus hombres se reunirán con Gates. Gates se ofrece a si mismo para que no maten a su hijo, pero Koska se prepara para matar a ambos.
Reese llega justo a tiempo e intenta hacer que intercambien a Gates y su hijo por Angela. Le dice que han transferido todo el dinero de los clientes de SP-9 a una cuenta en el exterior. Si Koska no entrega a Sam, Reese contactará con todos los clientes para notificarles de que Koska ha perdido su dinero. Koska acaba ordenando a sus hombres que maten a todos, pero Reese logra disparar a todos. Gates se va con su hijo y Reese le dice a Koska y a Angela que se los llevará de paseo a un sitio.
En el juzgado, Ramirez ve que alguien le ha dejado una carpeta llena de detalles de las actividades de Angela en OneState. Ella no sabe que la carpeta ha sido colocada por Finch, que se marcha sigilosamente de la sala.
Fusco y Carter van hacia el apartamento de Drost para arrestarle y acaban encontrándose a Koska, Angela y a los matones atados al lado del dinero blanqueado. Reese observa desde otra parte de la calle a los criminales conforme son llevados por la policía.
Más adelante, Reese se acerca a Gates en un parque mientras él juega con su hijo a la pelota. Gates le agradece por toda su ayuda, aunque a la vez le comenta que no será capaz de hacer nada para protegerle si las autoridades le pillan. Reese simplemente le dice que disfrute de su tiempo con su hijo y se marcha para volver a reunirse con Finch en la cafetería de antes. Empieza a hablarle sobre su última conversación con Gates, aunque Finch ya lo ha oído todo. Reese le agradece por haberle dado el trabajo al que se dedican y Finch le recomienda que pruebe los huevos Benedict, diciéndole que los ha comido múltiples veces allí.